Puedo llevarte donde quieras. Puedo ser quien quieras. Puedo enseñarte lo que deseas. Puedo contar todos tus lunares noche tras noche con un beso en cada uno de ellos. Puedo, sonsacarte sonrisas picaronas, y miradas embobadas. Puedo alzar las manos al cielo y atrapar el sol, si eso me hace estar un poco más cerca de ti. Pero corremos, corremos y corremos. Y nunca llegamos a una meta juntos. Puedo cambiar el mundo si eres mi punto de apoyo. Detener cada respiración y medir nuestra relación con pasión. Y aunque todos los soles se apaguen cada tarde y nunca hayas visto las estrellas, seré yo quien te las regale. He estado pensando en lo que somos y en todo lo que fuimos. En que tú eres el único que me ha hecho sentir lo que siento. En que no ha existido nadie como nosotros dos. He recordado nuestros momentos juntos, nuestros juegos y tus bromas y ahora estoy luchando por pensar que eso fue cierto. Todo eso es pasado y todavía queda mucho camino por el que andar. Te has convertido en el fondo de mi botella de vodka. Tenemos un presente que perdemos con cada minutos que malgastamos sin estar juntos. Nada como tú, nada como yo. Nada como nosotros dos juntos. Podemos volar rápido o parar el tiempo. Si nos lo proponemos podemos cambiar el mundo, moldearlo y manejarlo como el juego de nuestras lenguas en un beso juguetón. Mi ego me dice que si volvemos, él se va. Quizás sea hora de que deje una parte de mí para darte espacio a ti. Aunque también quizás sea tarde ya. A pesar de todo, hay una parte de mí que todavía no entiende por qué si estábamos bien, me obligaste a desaparecer. No me quise ir. ¿Por qué me tengo que ir? ¿Si estabas aquí junto a mí, si éramos felices por qué todo tuvo que acabar? No me olvides. Yo no lo haré. Si me quieres, déjalo estar. Deja que todo fluya según su camino, deja que sea bonito. Todo lo que digas hoy, tendrá eco mañana. Si dices que me amas, hazlo desde el interior, porque cada palabra atraviesa mi corazón como puñal y cada vez duele más. Antes de que me vuelva loca, déjalo ir rápido o tómalo lento. Por favor, no me olvides, yo no lo haré. No quiero olvidarme de mi pasado, porque no quiero olvidarte a ti. Por favor, déjalo estar. Dame la mano, no importa donde vayamos, te prometo que será divertido. Que aprenderás a no juzgar; a cerrar los ojos y abrir el corazón. Déjame amarte por última vez. Deja que sea bonito. No me quiero ir, tú tampoco quieres que me vaya, ¿entonces por qué me echas? Decirte adiós, se me hace un poco grande y extraño. Todo se me hace raro. Demasiado tonta para darme cuenta de que yo no te hacía feliz. Pero todavía recuerdo cuando yo era tu chica. Ahora si te veo, sacas sonrisas, desgastadas con el paso del tiempo. Demasiado jóven, demasiado tonta para darme cuenta...
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