El tenue ruido de las olas baña mis oídos. Olas que poco a poco borran nuestras huellas de la arena. Los surcos de nuestros pies desnudos se debilitan cuando la marea sube;y el aire salado suprime tu olor de mi cuerpo. Pronto, no queda ni un rastro de ti. Ni una mota de polvo que lleve tu nombre.¿Dónde estás? pregunta mi corazón, "aquí detrás, queriéndote como siempre" responde el eco de tu voz;ya ausente. No me quiero virar; no quiero darme la vuelta y comprobar lo que ya sé. En vez de encontrarme con tus ojos castaños de miel y tu pelo negro azabache solo encuentro oscuridad. Y quiero desear que no sea así. Quiero visualizar tu rostro sonriente o tu cuerpo desnudo en la cama. Pero te busco en mi mente y no te encuentro. Los recuerdos tuyos se han esfumado,como el aire que se lleva humo del cigarro encendido. Esta noche la cama se me hace inmensa. Kilómetros de sábanas que tú solías ocupar. El hueco en el colchón sobre el que descansaban, tus manos en mi espalda, tu rostro en la almohada...nada de eso está. Justo cuando tu presencia se volvía una costumbre, vas y desapareces. Justo cuando más te necesito, no estás. Otra noche más sola. "Vete con otros" me susurra la mente...Cogería mi mejor traje y mis tacones más altos, pero no me apetece. No quiero hacerme la loca y pasar, como si esto no hubiera sido sino una pesadilla. Porque no lo ha sido, un dulce sueño con un amargo final. "Vuelve" y en lugar de palabras me dan sollozos.Lagrimas dulces que se unen al salado olor del mar. Me muerdo el labio todo lo fuerte que puedo. Me lo merezco. Porque; perdí la Luna, por buscar las estrellas...
Fotografía: Sarah McCoy
Modelo: Sarah McCoy
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