Me quieres. Lo sé. Pero sé que no me amas. Ahora que lo pienso; mirándome desde tus ojos soy toda una piedra preciosa. Una joya sin pulir, sin abrillantar y sin vender; pero al fin y al cabo una joya.
Pero no me quieres precisamente por mi belleza. Me quieres porque soy la única chica que se te resiste. Me quieres como un león quiere a la gacela más rápida. Porque soy dura de roer. Simplemente porque continuo mi vida pase lo que pase y miro hacia delante siempre. Me quieres porque me río cuando me preguntas por qué no muero por ti. Me quieres porque me importa un bledo lo que te pase. Me quieres. Lo sé. Pero sé que no me amas. Porque soy feliz y no te necesito.
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