Nunca has tenido que sufrir. Nunca te has tenido que arrodillar ante nadie. Ni pedir perdón. Tu existencia se limitaba a seducir, atraer y destrozar cualquier sentimiento. Existías para matar a los vivos y sobrevivir entre los muertos. Únicamente vivías para vaciar el alma y ser insensible. Pero entonces te enamoraste, y de verdad. Te llenaste con lo mismo que antes vaciabas. Aprendiste a aceptar lo que jamás antes te habías planteado querer Para ti; AMAR no entraba dentro de tu vocabulario. Pero así; de repente pasó de ser nada a serlo todo en ti. E igual que moriste solo; resucitaste a su lado; y aprendiste por una vez; lo que era ser feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario