Era temprano. Demasiado temprano para él. Pero estaba despierto desde hacía tiempo.
Con los párpados cerrados, saboreaba lo que le quedaba del sueño, desprendiéndose de las finas sábanas blancas. No hacía calor aunque tuviera la frente empapada de sudor a causa de la mala noche que había pasado. Llevaba demasiado tiempo con lo mismo. Se levantó, cogió el teléfono y se sentó en la terraza; a esperar la llamada que jamás llegaría.
Con los párpados cerrados, saboreaba lo que le quedaba del sueño, desprendiéndose de las finas sábanas blancas. No hacía calor aunque tuviera la frente empapada de sudor a causa de la mala noche que había pasado. Llevaba demasiado tiempo con lo mismo. Se levantó, cogió el teléfono y se sentó en la terraza; a esperar la llamada que jamás llegaría.
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