Un libro titulado 2013. Página 1 de 365.

Hay recuerdos, personas, lugares, momentos, sueños y placeres que jamás se olvidarán. Sean buenos, malos, preciosos, horrorosos, mágicos, venenosos o espectaculares. Irónico es pensar que vivimos atrapados en un pasado con ansias de un futuro pero no de un presente. Paremos; reflexionemos. Saquemos bandera blanca. Sentémonos bajo un manzano y probemos a atrapar el Sol con nuestras manos. Contemos pétalos de margaritas bajo las trenzas de ilusiones mañaneras. Despertémonos cada día en ciudades diferentes rodeados de copas de amargo cava y sonrisas borrachas. Sonriamos hasta qué nos duela la cara y riamos hasta qué nos falte el aire. Soñemos entre sábanas con proyectos nuevos y contribuyamos con ellos en el mundo. Confiemos en nosotros mismos. Fotografiemos cada arco iris atrapado en las lágrimas de alegría. Quemémonos la lengua con chocolates calientes y luego busquemos un beso helado que nos cure. No te creas todo lo que oigas y no le busques tres patas al gato. Alquila oportunidades, una por ti y otra por mí. Bañémonos en el mar hasta que no distingamos nuestras manos en as oscuridad. Viajemos. Observemos. Amemos. Porque estamos hechos para eso. Menos hablar y más amar. Menos llorar y más reír. Menos mentir y más creer. Crezcamos al ritmo del despertar de un girasol tras el invierno. Maduremos lentamente, con los cálidos abrazos del verano. Que las arrugas marquen nuestra piel. Pongamos nuestros propios límites y metas. Vivamos y luchemos por lo que creemos. ¿Qué más da que ocurra mañana si no sabemos qué hacer hoy? ¿Qué importa qué problemas nos traiga el futuro si hoy no nos arriesgamos? 

El 2012 me ha traido tantas emociones que no creo que algún día pudiera plasmarlas todas juntas. Son 12 meses de amores, errores, sueños, caídas, decisiones, luchas y resurgimientos. He vencido, he perdido y he arriesgado más de lo que debía. He amado, he herido y he jugado con fuego como jamás pensé que lo haría. He cambiado, he caminado y me he desviado. He destrozado más de lo que nunca construí. Pero el 2012 acabó y puedo decir que tras esos 366 días aún sigo aprendiendo de todas las lecciones que este año me enseñó. A pesar de caerme 3000 veces, me levanté 3001. A pesar de todos los errores que cometí, no me arrepiento de nada. Porque cada uno de ellos me aportó algo. Y poco a poco logré vencer todas las metas que me propuse. 

Querido 2013, tu año antecesor no pudo conmigo. ¿Podrás tú? Estoy lista para enfrentarme al futuro, pase lo que pase. Y solo depende de mí ser feliz. "No es un viaje. Los viajes terminan, pero nosotros continuamos. El mundo gira y nosotros giramos con él. Los planes se desvanecen. Triunfan los sueños. Pero adondequiera que vaya ahí estás tú. Mi suerte, mi destino, mi fortuna." 

Y después de todo esto solo puedo decir, adiós 2012 y bienvenidos 2013.