Ladies and Gentlemen

Me he dado cuenta de que la vida es como una gran pista de baile. Aquí el que presuma del conjunto más rico y espectacular es el que se lleva mayores invitaciones. Sin embargo, cuando la música empieza a sonar, ¿de qué sirve el vestido si no sabe acoplar los pasos? El truco de este gran espectáculo es probar. Cuanto más pruebes, más posibilidades tienes de conseguir una pareja con la que dominar la pista de baile. No se trata de amor ni de pasión. Se trata de alguien con la que puedas compartir la canción que es la vida y donde los errores queden camuflados con la belleza de la coreografía. Momentos de vals y tango y momentos de dubstep y jerk. La misma regla. Bailar y no pisar. Sentir la música en el cuerpo del otro y comprender cual será el siguiente paso sin tan siquiera mirarse. Puede que no surga al primer momento pero tarde o temprano ocurrirá, y entonces los focos te apuntarán y la gente dejara de bailar para prestar atención a tus movimientos. Cuanto mejor bailes, más criticado serás. Cuanto más criticado seas, más te copiarán. Es la ley del mejor. Tu ley.