Simples...

Solo somos chicas en un mundo donde no nos entienden. Creemos estar solas y ser unas incomprendidas. Víctimas de una historia que nosotras mismas nos montamos. Pero en cambio, estamos dispuestas a luchar con uñas y dientes por lo que es nuestro. Nuestra libertad. Perseguimos nuestros sueños; matamos si hace falta. Y cuando los conseguimos, siempre habrá algo o alguien que nos lo arrebate. Destruimos lo que a otros les cuesta tanto construir. Unas veces no pensamos. Actuamos ávidas de una venganza que; realmente; solo llegará con el tiempo. Otras veces, pensamos demasiado. Vacilamos y no actuamos. Momentos que pudieron ser y jamás serán. Miramos, observamos, sonreímos, hablamos, reímos, nos ilusionamos, nos enamoramos, nos distanciamos, lloramos, rompemos y nos culpamos. Contamos que el amor no es para nosotras, que preferimos estar a nuestra bola. Decimos que no pertenecemos a nadie, y que sabemos cuidar de nosotras solas. Y es verdad; aunque en el fondo de nuestro corazón siempre arda la llama de nostalgia. Un trocito de nuestra mente que espera a que un día llegue un chico y nos cuide, nos protega, nos robe el corazón y nos quiera. Nos gusta que nos llamen guapas, pero no lo creeremos. No siempre estamos bien, pero no admitiremos que estamos mal. Somos unas víboras de la sociedad. Analizamos, criticamos, odiamos y apuntamos sin saber. Porque realmente somos esclavas de nuestra mente, de nuestro corazón y nuestro cuerpo. Somos así, nos tomamos muy en serio la vida; multiplicamos tanto el tamaño de nuestros problemas; que terminamos haciendo un mundo de ellos. No te pido que nos entiendas. Solo te estoy dando un motivo para que nos conozcas; porque aunque todas seamos iguales; bajo esas capas de maquillaje y sonrisas construidas a bases de sueños rotos; solo hay una chica. Una chica diferente a las demás. Tan frágil como fuerte. Única. Por favor, no la rompas. Porque si te muestra quien realmente es; será porque te quiere.