Somos personas. Siempre buscamos a alguien al que echarle la culpa de que todo va mal. Al que pedirle ayuda cuando el cielo se oscurece tapando nuestras estrellas. Nos sentimos solos en un tren sin rumbo, que descarrila continuamente. Donde hasta el más frío no puede evitar que la lluvia se le cuele en sus ojos. Hasta el más fuerte no puede evitar perder el equilibrio.No podemos mantener el sol de verano eterno. Porque siempre llegará la nieve de invierno que lo cubra. Hay días en los que nada va, que los pasamos mal. Cuando lloramos sin sentido. En los que caemos sin nadie que nos sostenga. Siempre buscamos a alguien. Alguien que nos levante. Que no nos olvide como una canción de verano. Muy pocas veces hay alguien. Hay veces que no encontramos a esa persona que coja el volante del tren y lo guíe por el buen camino. Pero aún así, sea en la luz o en la oscuridad, en el amor, o en la desesperación en la pérdida o en la victoria, siempre ese tren sigue hacia delante, sin necesidad de conductor. Simplemente tocando el infinito como si muriera mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario