Marcaste mis labios con besos y más besos sin amor. Regalaste a mis oídos sucias mentiras que me tragué. Dejaste rastro de tu piel por la mía. Tu envenenado olor sobre mi almohada. Pero lo más asqueroso de todo es tu falsa sonrisa que aún me enamora de esas fotos. Tuviste mis cinco sentidos sobre ti. Y ahora, te quedaste sin nada. El dolor se retira y da paso a la venganza. Ya no son tus latidos los que marcan mis pasos, ni tus ojos los que me guían. Ya no estoy ciega. Ahora lo veo todo claro. Nunca me quisiste. Te presté mi corazón y lo rompiste. Ahora pagarás la fianza; ten cuidado. El amor me pudo dejar ciega, sorda y muda; pero si pensabas que me iba a dejar sin fuerzas, estabas equivocado. Tremendamente equivocado.
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