Le he pedido un deseo al cielo. Ya es demasiado tarde para volver hacia atrás, ya he lanzado la piedra por encima de mis hombros y ya está alcanzando el agua. He pedido un deseo un poco egoísta. Nada de paz en el mundo, nada de igualdad. Quizás sí, se cumpla, porque si la fe mueve montañas, yo ahora mismo, soy capaz de mover un montón de ellas. Quizás no, no se cumpla, porque la mayoría son cuentos chinos. Puede que este deseo quede en el aire, pero no pararé hasta alcanzarlo. Aun así, aquí, el silencio es testigo de que mi deseo fue pedido.
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